Gaharo Long Miles

Conoce este café en detalle

Long Miles Coffee Project en Burundi trabaja junto a pequeños productores en Kayanza para transformar el café local y mejorar la vida de las familias caficultoras. Este enfoque colaborativo garantiza trazabilidad y calidad excepcionales. 

Este lote variedad Red Bourbon ha sido procesado mediante el método lavado tradicional. 

Las cerezas maduras se seleccionan a mano y se fermentan en seco durante 12 horas antes de un enjuague final que resalta su claridad.  Un paso distintivo es el “footing”, donde el pergamino se agita manualmente para eliminar el mucílago restante.

Finalmente, el café se seca lentamente en camas africanas durante 16 a 20 días hasta alcanzar un 10.5% de humedad. 

El resultado es un café complejo con notas de crema catalana, nectarina y té negro reflejando el compromiso de Long Miles con la calidad.

Conoce al productor

Gaharo Long Miles: café, comunidad y compromiso en el corazón de Burundi

En el norte de Burundi, a casi 2.000 metros de altitud en la región de Kayanza, se encuentra Gaharo, una colina que no solo produce café de altísima calidad, sino que también representa una historia de transformación, esfuerzo colectivo y compromiso con las personas y el entorno. Es aquí donde nació el proyecto Long Miles Coffee, una iniciativa que ha cambiado la vida de cientos de familias caficultoras.

Todo comenzó en 2013, cuando Long Miles Coffee construyó su primera estación de lavado en Bukeye, una aldea cercana que hoy es el corazón operativo del proyecto. Lo hicieron en un terreno olvidado por muchos, al pie de la colina Gaharo. Fueron los propios agricultores locales quienes limpiaron el terreno, fabricaron los ladrillos con arcilla del valle y levantaron desde cero la estación. Desde entonces, Gaharo y Bukeye se han convertido en símbolo de un modelo de colaboración ejemplar entre productores y procesadores de café.

En Gaharo, la variedad predominante es Red Bourbon, cultivada por pequeños productores en parcelas familiares. La estación de lavado Bukeye cuenta con una fuente de agua propia y un pozo filtrado por granito, lo que garantiza agua limpia y constante para el proceso de beneficio. Las cerezas, cuidadosamente seleccionadas a mano, pasan por un proceso lavado tradicional, que incluye fermentación en seco durante unas 12 horas, seguido de un paso distintivo: el “footing”. En este paso, los trabajadores agitan el pergamino con los pies para eliminar los restos de mucílago de forma manual, una técnica que refuerza la limpieza y la claridad del perfil en taza.

Tras ser lavadas y clasificadas por densidad, las muestras pasan entre 16 y 20 días en camas africanas de secado, hasta alcanzar el punto óptimo de humedad (10,5%). El resultado es un café limpio, complejo y fragante, con notas de nectarina, flores, crema catalana, vainilla y un final frutal y dulce, acompañado de acidez melosa y cuerpo sedoso.

Pero detrás de este perfil sensorial hay mucho más que técnica. En Gaharo, la calidad nace también del trabajo diario de los Coffee Scouts, un grupo de jóvenes como Emery, Suavis y Peter, que apoyan a las familias caficultoras en prácticas agrícolas sostenibles.Enseñan a plantar árboles de sombra, aplicar abonos verdes, realizar podas estacionales y detectar plagas como la antestia, el colorido insecto relacionado con el defecto de sabor a patata. Estos scouts trabajan codo con codo con los productores durante la cosecha, asegurándose de que cada cereza recolectada cumpla con los estándares de calidad.

Además, Long Miles ha implementado un sistema de tarjetas para agricultores, que registra cada entrega de cerezas y permite una trazabilidad total hasta la colina de origen. Este sistema no solo garantiza transparencia, sino que también permite reconocer y premiar a quienes producen los lotes más destacados.

Con más de 100 empleados comprometidos —muchos de ellos mujeres encargadas del control de calidad— y siete años de funcionamiento, la estación de Bukeye no solo procesa café: construye comunidad, conocimiento y oportunidades.

Gaharo Long Miles no es solo un café de Burundi. Es el reflejo de un proyecto humano, sostenible y profundamente conectado con su entorno. Cada taza que nace de esta colina lleva consigo la historia de quienes creen en hacer las cosas juntos, “twese hamwe”.