Crema de chocolate, miel, floral
Huila | |
1.900 msnm. | |
Caturra, Colombia | |
Lavado | |
Pequeños productores |
La región de Huila, en Colombia
Se considera un área excepcional con una geografía óptima para el cultivo de café.
Pero la clave para obtener cafés de gran calidad en las áreas alrededor de San Agustín (como este Alto del Obispo) son los propios productores.
El cultivo de café en esta región se hace mayoritariamente a pequeña escala. De hecho, aproximadamente el 80% de los productores de la región cultivan café en menos de 3 hectáreas de tierra.
Estas pequeñas granjas son atendidas por familias particulares y la mano de obra rara vez se contrata.
Esto da lugar a un cuidado exhaustivo e intenso lo que hace que sientan un gran orgullo por el producto final, que es, en sí mismo, es casi una extensión de la familia.
El Departamento de Huila, famoso por su café
El departamento de Huila se encuentra en el sur de Colombia.
Limita con las poderosas sub-cordilleras andinas de la “Cordillera Oriental” y la “Cordillera Central”.
El famoso café del Huila se cultiva en las laderas de estas cordilleras, divididas por el río Magdalena, que es el principal río de Colombia.
El área es conocida por el “Macizo Colombiano”, que se refiere a un grupo de montañas andinas en el sur de Colombia.
Alberga el mayor grupo de monumentos religiosos y esculturas megalíticas de América del Sur, constituyendo un conjunto que data del siglo I.
Los monumentos forman parte del patrimonio mundial de la UNESCO.
El cultivo de café en Alto del Obispo
Alto del Obispo es un pequeño pueblo que se encuentra en el Parque Arqueológico de San Agustín, al sur de San Agustín, en el departamento del Huila, el cual tiene cientos de monumentos y esculturas precolombinas.
Es un lugar con impresionantes vistas al valle.
Los suelos volcánicos, combinados con la distribución de las precipitaciones y la temperatura ambiente durante todo el año permiten a los caficultores del Huila cultivar café hasta los 1.900 metros sobre el nivel del mar y aseguran condiciones casi perfectas para cultivar cafés especiales.
La altura crea la acidez característica del Huila; mientras que las condiciones similares a las de un invernadero proporcionan períodos de floración frecuentes durante todo el año, lo que explica los distintos aromas florales.
Los pequeños productores
La producción de café en esta zona la llevan a cabo múltiples pequeños propietarios, cuyas fincas varían en tamaño de 2 a 10 hectáreas.
Todos los pequeños productores de la región se centran en la calidad y en mejorar los estándares del café que producen, pues de esta forma se aseguran que reciben primas más altas por sus cafés.
Además, reciben ayuda regular con capacitación en agronomía y mejores prácticas, así como feedback sobre sus cafés después de catarlos.
La mayoría de los agricultores locales cultivan las variedades Castillo, Caturra y F6, aunque existe un programa en curso que ayuda a subsidiar a los agricultores que están experimentando con nuevas variedades, como Geisha, para garantizar que reciban un precio justo por su cultivo.
Sobre el procesado
La forma de cultivar café en la remota región del sur del Huila es diferente de otras regiones de Colombia.
Más que agricultura, es un arte que se ha transmitido de generación en generación.
Cada familia atiende y gestiona su propio cultivo, generalmente sin uso de productos químicos.
También recolectan su propia cosecha, con la ayuda de vecinos y familiares.
Después de la recolecta, las cerezas rojas y maduras se colocan en tanques de plástico para eliminar las que vienen con bajo peso.
Luego se despulpan pasándose a través de un despulpador manual en la granja familiar (generalmente ubicada cerca de la casa principal).
Los residuos de este proceso se utilizarán como fertilizante natural para los cafetos.
Después de esto, el café se fermenta entre 12 y 18 horas, según el clima, y luego se lava con agua fría y limpia.
Una vez que se completa este proceso, muchos de los agricultores secan al sol el café en los patios o en los techos de sus casas (Elbas).
Los agricultores de esta parte del Huila han diseñado un mecanismo mediante el cual pueden deslizar una cubierta con poleas para tapar el café en caso de lluvia.
Algunos agricultores secan su café en lechos parabólicos bajo el sol.
Estos lechos parabólicos, conocidos localmente como marquesinas, se construyen de forma parecida a invernaderos, con flujo de aire asegurado a través de aberturas en ambos extremos, protegen el la recolecta de café de la lluvia y la niebla mientras se seca y evitan que la condensación gotee sobre el suelo al secar los granos.