Haile Gebre

Conoce este café en detalle

Haile Gebre es una figura clave en la historia reciente del café etíope. Aunque su familia perdió sus tierras por la expansión cafetera cuando era niño, Haile acabó reconciliándose con el café décadas después. 

Tras años de servicio militar, prisión y estudios en Moscú, regresó a Etiopía con una visión clara: empoderar a las comunidades rurales a través del café. 

En 2001, se instaló en Guji, donde comenzó a cultivar café junto a su esposa y siete hijas, animando a otros agricultores a hacer lo mismo. 

Su iniciativa transformó la zona, que pasó de la ganadería a convertirse en una región cafetera reconocida mundialmente. 

Este café lavado, de variedad Heirloom, crece a 1800 m y refleja el carácter brillante de Guji, con notas de albaricoque, vainilla y chocolate blanco: un homenaje a la perseverancia y visión de Haile.

Conoce al productor

La historia de Haile Gebre: del rechazo al café a convertir Guji en una región emblemática

Detrás de muchos cafés excepcionales hay historias de esfuerzo, resiliencia y transformación. Pero pocas son tan profundas como la de Haile Gebre, productor etíope cuya vida ha estado marcada —y en cierto modo definida— por el café. Hoy presentamos un Heirloom lavado cultivado a 1.800 metros de altitud en Guji, un café que destaca por sus notas de albaricoque, vainilla y chocolate blanco. Pero para entender realmente este lote, hay que conocer primero a la persona que lo hace posible.

Un comienzo marcado por la pérdida

Para Haile, el café fue primero un enemigo. Cuando tenía solo diez años, su familia se vio obligada a huir de su hogar cerca de Yirgacheffe. Los terratenientes feudales reclamaron la tierra para expandir el cultivo de café a gran escala, dejando a los pequeños productores —como la familia de Haile— sin nada. A pesar de ser hijo de caficultores, el café se convirtió en el símbolo de una injusticia que le marcaría para siempre.

Esa herida acompañó a Haile durante años, incluso mientras buscaba abrirse camino lejos del campo. Tras un breve paso por la Universidad de Addis Ababa, decidió unirse a la marina en 1972. Allí, sus superiores vieron rápidamente su inteligencia y capacidad de liderazgo, asignándole al área de ingeniería y navegación. Pero Haile necesitaba desafíos reales, así que recuperó su plaza en la Universidad poco después.

Una vida entre el deber, la convicción y la prisión

Ese movimiento entre estudios y servicio militar acabó guiándole hacia un trabajo en el gobierno. Desde 1973 hasta 1976, Haile trabajó en el Ministerio de Reforma Agraria y en el Instituto Cooperativo en Awassa. Era un funcionario apasionado y con convicciones claras, quizá demasiado claro para algunos superiores. Su postura activa ante cuestiones sociales sensibles le llevó a ser encarcelado durante tres años.

A su salida, decidió marcharse de Etiopía para estudiar Dirección de Empresas en Moscú. Allí pasó cinco años, formándose y preparando un nuevo camino. En 1984 regresó a Addis Ababa, donde comenzó a impartir clases de Gestión Cooperativa. Más tarde fue nombrado gobernador regional de Oromia y fundó el Cooperative Bank of Oromia Cooperative Union, centrado en apoyar a cooperativas cafeteras. Sin saberlo aún, estaba dando los primeros pasos hacia su reconciliación con el café.

El regreso al café… y a sus raíces

El año decisivo fue 2001. Haile, su esposa y sus siete hijas regresaron a las tierras altas de Guji, donde heredó un terreno familiar perfecto para cultivar café. Allí, rodeado de montañas y bosques, Haile volvió a mirar al café con otros ojos.

No solo empezó a cultivar: soñó a lo grande. Distribuyó plantones entre los vecinos, convencido de que este cultivo podía transformar la vida de toda la comunidad. Y lo hizo. En colaboración con dos figuras clave —Tesfaye Bekele, de Suke Quto Farm, y Menno Simons, fundador de Trabocca— Haile impulsó la transición de Guji, históricamente dedicada al pastoreo, hacia una región cafetera de referencia.

Guji hoy: la visión hecha realidad

En apenas quince años, el impacto ha sido enorme. Desde la llegada de Haile y el impulso conjunto con Tesfaye y Menno, se han establecido más de 45 estaciones de lavado y 55 secaderos en la zona. Guji ha pasado a ser uno de los nombres más respetados en el café etíope, conocida por su elegancia, su complejidad y su carácter único.

Un café que cuenta una historia

Este lote de Heirloom lavado, cosecha 2025, es más que un café: es el resultado de una vida marcada por la resistencia, la convicción y el deseo de construir algo mejor para una comunidad entera. Cada taza refleja ese viaje: la dulzura del albaricoque, la suavidad de la vainilla, el toque cremoso del chocolate blanco… y la historia de un hombre que convirtió su enemigo de infancia en su mayor legado.